Resumiendo el concepto de minimalismo, menos es más, es decir, la utilización de pocos elementos, sin colores saturados y sobre todo aprovechar al máximo los espacios en blanco, lo que se acopla perfectamente a la tendencia de diseño actual más aún en el diseño web dado que el responsive (o navegación móvil) dejó de ser una tecnología novedosa para convertirse en una necesidad actual de todo proyecto web, la accesibilidad desde cualquier dispositivo.
Una técnica que bien aplicada resulta muy atractiva visualmente, el problema llega de la mano del facilismo en el que podemos caer cuando abusamos de este estilo de diseño y todo lo solucionamos con la misma fórmula, fotos grandes, bandas, tonalidades grises y cajitas. Muy distante queda el arte como parte del diseño y de la mano con diseño funcional, al parecer recordando los cursos de programación, aplica la premisa “sí funciona no lo toques”.
Si bien es cierto, el diseño aplicado a dispositivos móviles debe ser más simplista en relación a su versión de escritorio, es ahí donde está el verdadero trabajo, lograr hacer un diseño que tenga dos versiones con la misma línea gráfica, que muestre el mismo contenido utilizando el mismo HTML de base pero acoplado visualmente según su dispositivo de navegación, y que dicho cambio responda solo a la aplicación de la hoja de estilos, la cual se encargue de mostrar las imágenes más o menos pesadas, redistribuir los elementos que componen el sitio, mostrar tal o cual widget dependiendo desde donde se acceda. Todo esto cuidando siempre la usabilidad y la arquitectura de la información, terminologías que de a poco van perdiendo vigencia cuando caemos en el facilismo de presentar un proyecto con la misma fórmula con tal de que esté medianamente simpático y el cliente sienta que le estás cumpliendo aunque termine con la misma plantilla que todos los demás clientes.
Puede ser que el hecho de tener formación artística juegue en contra a la hora de valorar un diseño, pero cabe recalcar que si eres un profesional del diseño mínimamente se debería tener bases de diseño, si no sabes jugar fútbol no puedes ser futbolista y tocará conformarse con jugar los fines de semana con los amigos, así mismo el diseñar no significa vender plantillas sino lograr la mezcla perfecta entre arte, usabilidad y tecnología, jugar un poco más con las formas, colores, degradados, sombras, efectos y toda una gama de elementos que en su conjunto logran armonizar y dejar de ser netamente decorativo para ser parte esencial de la comunicación visual.